miércoles, 12 de julio de 2017

WICCA - SHABAT

LUGHNASADH o LAMMAS


Es uno de los shabbats, y significa la commemoración de Lugh con referencia a la antigua fiesta inglesa de la cosecha, se celebra el 31 de Julio, en la madrugada del 1 de Agosto, 

Lugh era un dios de la luz y del fuego a semejanza de Baal/Hércules. Su nombre proviene de la misma raíz de la palabra latina lux, que significa luz(De la que también deriva Lucifer, "El portador de la luz") en realidad se trata del mismo dios que Baal/Beli/Balor, pero en una versión más tardía y más sofisticada.

No es infrecuente, en la mitología, que la sustitución histórica de un dios por una forma más tardía, quede reflejada por la ceguera, el asesinato o la castración del viejo dios por el más joven, mientras que la continuidad esencial queda reconocida haciendo que el más joven sea hijo o nieto del más viejo (Si la deidad reemplazada es una diosa, suele reaparecer como la esposa del recién llegado).

La preparación y ejecución de este ritual por la magia natural o wicca, se puede ejecutar de diferentes maneras, pero todo va encaminado a la muerte de un dios y al mismo tiempo al nacimiento de otro que renueva el ciclo de la naturaleza en la que la diosa es la verdadera protagonista en los ciclos que se realizan bajo su atenta mirada y participación.




                                                







Os dejo un ritual ejecutado por un conventiculo inglés con la descripción del mismo:

LA PREPARACIÓN:

Sobre el altar habrá una pequeña hogaza de pan; lo mejor es un bollo o panecillo, así como, un pañuelo grande o tela verde de gasa de al menos 1 metro cuadrado.

Si se utiliza una casete de música, la suma secerdotisa podrá escoger una composición musical para el ritual principal, ademas de otra con un ritmo más vivo, incluso primitivo, para la Danza del Cereal, pues al contrario que la Danza del Solsticio estival no irá acompañada de cánticos.

El sumo sacerdote deberá llevar una corona de acebo combinado con espigas de cereal. Las mujeres llevarán guirnaldas de cereales, quizá entrelazadas con amapolas rojas. Las espigas de cereales, las amapolas y los arándanos, si es posible disponer de todos, son especialmente apropiados para el altar, junto con otras flores de la estación.

El caldero, decorado con espigas de cereales, estará junto a la vela del este, el cuadrante del renacimiento.

EL RITUAL:

En el ritual de apertura se omite la bajada de la Luna. El sumo sacerdote besa a la suma sacerdotisa con el Beso Quintuple e inmediatamente después declama la Carga, sustituyendo la tercera persona por la primera del singular.

Tras la Runa de las Brujas, en conventículo se despliega alrededor del circulo y comienza a aplaudir suave y rítmicamente.

El Sumo sacerdote coge la banda verde, la enrolla longitudinalmente como una cuerda y la sostiene sujetándola por los extremos. Comienza a moverse hacia la Suma sacerdotisa con la pretensión de poner la banda sobre sus hombros y atraerlá hacia sí, pero ella retrocede alejándose de él y a la vez incitándole.

Mientras el conventículo continúa con sus rítmicos aplausos, la sacerdotisa sigue eludiendo la persecución del sumo sacerdote. Le hace señas y le incita, entrando y saliendo por entre los miembros del conventiculo. Las demás mujeres obstaculizan el camino del sumo sacerdote por lo que siempre logra escapar de él.

Después de un tiempo, es decir dos o tres "vueltas" al circulo, la suma sacerdotisa se deja capturar por el sumo sacerdote, que pasa la banda sobre su cabeza hasta detrás de los hombros y tira para atraerlá hacia sí. Se besan y se separan. Después el sumo sacerdote tiende la banda a otro hombre.

A continuación, el otro hombre persigue a su pareja, que le evita, le hace señas y le incita exactamente igual que hicieran antes la suma sacerdotisa y el sumo sacerdote, mientras los aplausos continúan. Después de cierto tiempo, ella, también se deja coger y besar. El hombre tiende a su vez la banda a otro hombre, y el juego de la persecución continúa hasta que todas las parejas del conventiculo hayan participado. 

El último hombre tiende nuevo la banda al sumo sacerdote. Una vez más el sumo sacerdote persigue a la suma sacerdotisa, pero esta vez el movimiento es mucho más lento, casi estático, y las muecas y gestos que hace ella son más solemnes, como si estuviera tentándole al peligro; y esta vez los demás no intervienen. La persecución continúa hasta que la suma sacerdotisa se sitúa mirando hacia el altar a dos o tres pasos. El sumo sacerdote se detiene de espaldas al altar y la coge con la banda.

Se abrazan solemnemente y de todo corazón. A los pocos segundos del beso, el sumo sacerdote deja caer la banda de sus manos; la suma sacerdotisa se separa de él y da un paso hacia atrás.

El suma sacerdote cae de rodillas, se sienta sobre sus talones y agacha la cabeza con la barbilla contra el pecho.

La suma sacerdotisa extiende los brazos, señalando que se detengan los aplausos. Entonces pide que se adelanten dos mujeres por su nombre las sitúa a cada lado del sumo sacerdote, mirando hacia dentro para que las tres destaquen sobre él. La suma sacerdotisa cojé la tela verde y entre las tres la extienden sobre el sumo sacerdote bajándola lentamente hasta cubrir su cabeza como una mortaja.

El conventiculo se despliega alrededor del perímetro del circulo, mirando hacia dentro.

Ahora, si lo desea, la suma sacerdotisa puede cambiar la casete de música y poner el tema para la danza que haya escogido oi hacer una señal para que alguien lo haga por ella.

Entonces coge el panecillo del altar y lo sostiene por un momento justo encima de la cabeza del sumo sacerdote. Se dirige al centro del círculo con el panecillo en alto en dirección al altar e invoca.

"Oh Poderosa Madre de todos nosotros portadora de toda fecundidad, danos el fruto y el grano, danos rebaños y manadas, e hijos de la tribu, para que podamos ser fuertes. Por la rosa de tu amor, desciende sobre este cuerpo de tu servidora y sacerdotisa"



Tras una pausa, lentamente al principio, ella empieza a bailar la Danza del Cereal, siempre llevando el panecillo como un objeto mágico y sagrado.

Cuando termine de bailar se situará frente al sumo sacerdote (Que aún permanece inmóvil y "muerto") con el panecillo en las dos manos, diciendo.

!"Agrupaos a mi alrededor, Oh, hijos de la cosecha!"

El resto del conventiculo se reúne alrededor de la suma sacerdotisa y el sumo sacerdote arrodillado. (Si la suma sacerdotisa o la doncella no se saben las palabras de memoria, esta última podrá disponer del guión y de una vela del altar, permaneciendo junto a la suma sacerdotisa donde ambas puedan leerlo, ya que las dos manos de la suma sacerdotisa están ocupadas).

La suma sacerdotisa dice:

"Mirad el Rey del Acebo que es también el Rey del Cereal, esta muerto. Ha abrazado a la Gran Madre y ha muerto por su amor: como así ha sido, año tras año, desde el principio de los tiempos. Pero si el Rey del Acebo, que es el dios del Año Menguante, esta muerto, todo esta muerto; todo lo que duerme en mi vientre de la Tierra dormirá para siempre.

¿Que haremos entonces, `para que el Rey del Acebo vuelva a la vida?

La doncella dice:

"Danos de comer el pan de la Vida, para que después el sueño nos conduzca hacia el renacimiento"

La suma sacerdotisa dice:

"Que así sea."

(La doncella puede ahora dejar el guión y la vela del altar, y volver a su sitio, junto a la suma sacerdotisa.)

La suma sacerdotisa arranca trozas del panecillo y los va entregando a cada uno de los miembros del conventiculo, que se lo comen. De momento, ella no come ningún trozo, pero guarda en sus manos al menos tres trozos más.

Entonce convoca a las mismas dos mujeres para que se sitúen a cada lado del sumo sacerdote. Cuando están situadas, indica por señas que levanten el velo de la cabeza del sumo sacerdote; así lo hacen, dejándolo en el suelo.

La suma sacerdotisa dice:

"Vuelve a nosotros, Rey del Acebo, para que la tierra produzca sus frutos"

El Sumo sacerdote se levanta y dice:

"Yo soy la lanza combatiente;

Soy un salmón en el estanque,

Soy una colina de poesía;                                  

Soy un jabalí despiadado;

Soy un ruido amenazador del mar;

Soy una ola de mar;

!Quién sino yo conoce los secretos del dolmen de piedra sin labrar!"

La suma sacerdotisa le entrega un trozo de pan y coge otro para sí; ambos comen y ella deja el resto del panecillo sobre el altar. A continuación, ambos dirigen un corro de baile, acelerando el ritmo para que vaya siendo más y más alegre, hasta que ella grita "!Abajo!", y todos se sientan.

Ahora se representa el Gran Rito.

El trozo restante de pan, después que el circulo haya sido expulsado, se convierte en parte de la ofrenda a la tierra junto con el vino y las pastas restantes.

Para Z..

 

   

           

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