sábado, 26 de marzo de 2016

INVOCACIONES MAGICAS II

PARA ATRAER LA FORTUNA EL AMOR

EL EXITO Y LA FELICIDAD:


Os dejo como cosa curiosa una invocación al objeto más arriba reseñado, sacada de un antiguo grimorio llamado "EL LIBRO NEGRO"


Para alcanzar los apreciados dones indicados en el encabezado es preciso celebrar el primer domingo de cada mes la ceremonia mágica siguiente:

Al aparecer el Sol en el horizonte, te encerrarás en un cuarto, en el cual no debe de haber ninguna imagen , procurando además, no lleguen a él los ruidos del exterior. Con un trozo de yeso, debidamente exorcisado (+), trazarás en el suelo un circulo de unos siete palmos de diámetro, más que menos. A su alrededor irás colocando, a trechos aproximadamente iguales, siete candeleros, con sus correspondientes cirios, que deben ser de cera virgen. Estas luces están consagradas a los siete espíritus planetarios, que reinan durante los siete dias de la semana, y cuyos nombres son: Aratron, Bathor, Phaleg, Och, Hageth, Ophiel y Phul.

En un ángulo de la habitación debes tener preparado un pequeño fogón de barro cocido, en el que habrás echado, sobre carbones encendidos, las siete hierbas siguientes, bien secas y trituradas: Achicoria, Áloe, Camelia, Canela, `Pino, Enebro, Heliotropo y Verbena.

Una vez se tiene preparado todo lo que se ha dicho, el mago empezará la ceremonia a la hora indicada, empezando por encender los cirios, lo cual hará de la siguiente forma: Al encender el primer cirio dirá: Por Aratron; y al encender el segundo, por Bethor; Al encender el tercero, por Phaleg, y así sucesivamente, nombrando a las entidades espirituales Och, Hageth, etc., Luego de cara a Oriente y sosteniendo un cirio rojo con la mano derecha recitará la siguiente plegaria:

Benedicte omnia ángeli Dómine per Adonai espiritum planetárum, régium Fortuna bona... (Al llegar aquí pronunciarás tu nombre y apellidos).

Yo os pido, espíritus celestes, derraméis vuestros efluvios sobre mi humilde persona, a fin de que se disgreguen e inutilicen cuantas fuerzas del odio, de la envidia y de la maldad de mis enemigos puedan envolverme, y libre ya de su influencia malhechora pueda atraerme aquellas otras fuerzas del plano divino que han de proporcionarme la Fortuna y el Amor, el Exito y la Felicidad, Por Adonai, el Inefable; por Jehova, el Todopoderoso, Amén. (Se echa una cucharadita de incienso en el fogón, y se concluye con las siguientes palabras):

Incénsum istud a te benedictum. Incensi huyus ódore, tua favente gratia, liberare digneris. Per Christum Dóminum Nostrum (Hacer señal de la cruz) Amén.

Se apaga el fuego con leche de cabra. Los cirios se apagarán pronunciando: !Consumátum est!

















Non nomi...

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